domingo, 31 de julio de 2011

Ahora si me gustan los tamales...



..antes, la verdad no tanto. Lo que pasa es que un tamal hecho en Alemania tiene capacidad teletransportadora y eso lo dota de un encanto irresistible. De hecho vine a aprender a hacer tamales aquí, en Mannheim, de la mano de un colombiana dulce y carismática, que adora inventar motivos para reunir a los latinos de la región.

 Los tamales son un plato que se come con gusto desde México hasta Argentina y que consiste de un relleno -cuya composición varía no solo de país a país, sino también entre regiones- envuelto en hojas -que pueden ser de maíz, platano, bijao entre otras muchas variantes- y se cocina al vapor.



Hace casi un mes nos reunimos con ella y un ecuatoriano sonriente para fabricar bajo su dirección, unos 30 tamales "tolimenses" que compartimos con un grupo de latinos dicharacheros y en la mayoría de los casos, sus consortes alemanes. Cada asistente se trajo consigo un pedacito culinario de su país, con lo que no solamente hubo tamales tolimenses, sino también:

Causa peruana - tentadoras y refrescantes bolitas de papa cocida, sazonada con ají amarillo y limón, rellenas con atún y acompañadas con una salsa picante.
Pastel de choclo chileno: una suave masa de granos de choclo rellena de carne molida y aceitunas, dorada al horno.
Pastel de quinua ecuatoriano: suave y nutritiva quinua cocida con verduras, crema, tomate y gratinada.
Mole de pollo, guacamole y arroz mexicano: el mole poblano es una salsa de sabor misterioso y exquisito, que consta de decenas de especias, chile y cacao molidos-: una combinación perfecta con la frescura del aguacate y el arroz blanco adornado con trocitos de zanahoria y alverjas.
Picadillo de carne y papa del Salvador: un plato con sabor a hogar que me recuerda los sabrosos calentaos que nos daba Teresita de Jesús, la mamá de una querida  amiga, para ayudarnos a recuperar fuerzas después de haber bailado la noche entera...
Este feliz encuentro de manjares y risas con sabor a nuestro continente,  me dejó con la certeza del amor profundo que siento por nuestra cultura latina y también, de que hacer dieta es un proyecto imposible para mi. Aunque como dije, esto pasó hace ya unas cuantas semanas, me retrasé en publicarlo por una razón en particular...

Hace rato que no escribía porque quiero mover a Paradisiaka de Blogger pues más de uno me ha dicho que no puede comentar ni hacerse seguidor del blog; ni siquiera yo puedo responder a los comentarios! Odio las mudanzas y por eso este asunto se me ha alargado, hoy es el último día de Julio y no quiero que quede otro mes sin al menos un post, porque tengo un montón de temas en fila de espera: Kaffee und Kuchen -la pasión alemana-, Festival de postres: III edición, Sabor a Berlín, Alsacia: la ruta del vino y las cigüeñas, en fin mucho por compartir...
 En todo caso es posible que en los próximos días me mude de servidor, así que les avisaré oportunamente.

Para seguir con los tamales, solo me resta decir que a lo largo de una semana me comí uno diario y cada día me supieron mejor. Es increible como estar lejos de casa nos puede acercar a nuestra identidad gustativa. Estando en Colombia nunca habría llegado a tomarme el trabajo de hacerlos, ni menos de almorzar todos los días durante una semana y al borde del éxtasis, un tamal tolimense con ají.
Ahora me queda el proyecto de preparar en Diciembre en Bogotá, los tamales boyacenses de mis abuelas, rellenos con todos los ingredientes crudos y no precocidos como en la receta que sigue y otra vez, cuando llegue el momento, tamales según la receta del norte de Argentina: de masa de mazorca, rellenos de un guiso sabroso de res y cocidos en hoja de maíz.


Les dejo la receta de Lili y les sugiero coordinar un equipo para prepararlos y covocar un grupo nutrido para disfrutarlos. Entre tres, necesitamos cinco horas ininterrumpidas de trabajo, durante las cuales también, nos contamos la vida.

Tamales tolimenses - hechos en Alemania

A diferencia de los tamales boyacenses, los tolimenses tienen arroz además de maíz y alverjas y se arman con los ingredientes ya precocidos. A diferencia de los tamales argentinos, cuya masa es de mazorca o choclo, la masa de éstos es de maíz amarillo. Las diferencias con los tamales de otros países de Latinoamérica no las conozco todavía, pero pronto me encargaré de averiguarlas...

Ingredientes:


Procedimiento:

 Cocinar la harina de maíz, usamos un kilo, en bastante caldo, nosotros usamos caldo instantáneo de verduras.



Alguno se ocupa de cocinar la harina, revolviendo constantemente, hasta que espesa y sabe a masa cocida. Mientras tanto otro va cocinando un poco las alverjas y si se usan garbanzos crudos, también se cocinan.
 De hecho, mientras tanto también otro se ocupa de cocinar el arroz, los huevos y las zanahorias...también de hacer un sofrito con tomate, cebollas y ajos, para sazonar los tamales al armarlos.
     

... alguien más se ocupa de sazonar las carnes.
              
Alguien mezcla luego la masa de maíz, el arroz cocido, las alverjas y los garbanzos. Se prueba la sazón, debe quedar subidita de sal.

Se cortan los huevos y las zanahorias en tajaditas.

Quién vaya quedando libre va limpiando las hojas de plátano y se cortándolas en cuadrados, mientras otro sella las carnes en una sartén.


Por fin! se alistan todos los ingredientes ya precocidos, las hojas y pita o cabuya para atar los tamales.



Ya listos para empezar a armarlos, alguno va pasando las hojas por el fogón, para que se ablanden y así poderlas doblar sin que se quiebren.
Alguien comienza a armar los tamales así: se sobreponen dos hojas teniendo cuidado de que las nervaduras queden al través, es decir, que no coincidan en orientación. Se pone un montoncito de masa, luego un trocito de cada carne, una tajada de huevo y otra de zanahoria y una cucharadita del sofrito.
Se hace un paquete doblando la primera hoja con cuidado de no quebrarla
 

          

 ... luego se dobla la otra hoja encima, procurando sellar lo mejor posible el tamal.



Se ata cada tamal con una pita...

  
    

En el fondo de una olla se pone una rejilla o según el recuerdo de mi mamá, tusas de mazorca, para evitar que los tamales se quemen, se vierte un poco de agua y encima se ponen los tamales. Se cocinan aproximadamente una hora, cuidando que no se seque el agua del fondo.



Se reparten, se comparten, se saborean...



3 comentarios:

  1. Es un milagro! puedo publicar comentarios! Será que se arregló mágicamente esta función? Porfavor si lees esto, intenta publicar algo, necesito confirmar que ya funciona!

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  2. Querida raton,
    le pido explicaciones donde puedo aprender cocinar asi.
    Saludos cordiales
    Un critico de restaurantes

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