No son frutos exóticos, pero tienen formas exuberantes. No sorprenden cuando los probamos, pero cada uno ostenta colores intensos que terminan de madurar con los rayos oblicuos del sol de otoño. Son una manifestación extraña de la fuerza de la naturaleza que sirve para decorar la entrada de las casas en algunos países con estaciones, preparar sopas y puré, algunos postres aburridos, en Argentina platos alucinantes ¿o debo decir alucinógenos?- como la carbonada en zapallo que me cocinó una vez Gaby y que al comerla un día después de preparada y acompañarla con un aromático chai, me produjo visiones y pensamientos ajenos a la realidad. En la costa norte de Brasil se vacían y se usan como recipientes para servir moquecas y guisos magníficos; también para hacer caras con mirada de fuego y asustar a los niños el 31 de octubre- me parece que solo en Norteamérica. Creo que su utilidad más sobresaliente es decorativa, porque en serio, parecen seres de otro mundo. La verdad es que me inspiran muy poco en términos culinarios, pero en las fotos se ven tan bellas que con tal de subirlas al blog, me inventé una sopa que al final quedó rica, pero creo que no es para todo el mundo. Sabe a una mezcla extravagante de sabores de tierra y de mar; ligeramente picante, profundamente dulce y muy reconfortante en las tardes heladas. A pesar de todo, les dejo la receta, que por supuesto puede y debería de mejorarse, porque la hice a las carreras, con prisa por tomarle la foto antes de perder la luz dorada de la tarde.
Sopa de tierra y de mar
1Taza agua
100g mariscos crudos
1cucharada aceite de coco
1/2 cebolla roja
1 ají o chile rojo
sal marina
pimienta negra
cilantro picado
1. Cortar en trozos la auyama, retirar las semillas y cocinar 15 minutos en agua. Cuando esté blanda, colar y eliminar la cáscara.
2. Aplastar la auyama hasta obtener un puré y en una olla mezclar con la leche de coco y el agua, cocinar 15 minutos. Agregar una parte del cilantro, sal y pimienta.
3. En una sartén, calentar el aceite de coco y freir la cebollar roja cortada en finas plumitas, picar el ají muy fino y agregar también. Cuando la cebolla empiece a tomar color, agregar los mariscos y sofreir algunos minutos. Agregar sal y pimienta.
4. Colar la sopa y servír. Poner en el centro de cada plato, una cucharada de los mariscos cocidos y un poco de cilantro picado. Experimentar.
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