jueves, 17 de febrero de 2011

Chiquita pero bien picosa


Dedicado a todos aquellos a los que les corre chile por las venas.


Así es Lolita -pseudónimo- mi amiga mexicana: chiquita pero con el alma bien picosa, lleva en la sangre y en la mirada todo el chile que se habrá comido su familia durante generaciones enteras.

Cuando uno vive en un país de temperamento flemático y además se encuentra en medio del invierno, puede correr el riesgo de que se le apague el espíritu. A mi me pasó, por suerte eso fué el invierno pasado -en este me escapé para Colombia ;)

Es como si depronto, la fogata interior de donde salen las chispas necesarias para encender la risa, provocar la pasión, desatar el entusiasmo, alentar el vigor hasta para parpadear, se extinguiera. Como si dejara de importar el color y la indiferencia lo cubriera todo, como la nieve cubre la tierra en esos largos meses.

Un día cualquiera llegó a mi vida Lola -por medio de un curso de alemán, cuyo profesor es un personaje croata divertidísimo que puede convencer hasta al más escéptico, de que aprender alemán, ES POSIBLE!

Gracias a Lola, se rompió mi anonimato en el curso -pues la otra profesora del mismo, se olvidó de mi nombre, cosa que es normal. El problema es que por ella no querer admitirlo, cada vez que al hacer la ronda por el curso con preguntas o ejercicios, llegaba mi turno, ella cambiaba la dirección para evadir la necesidad de llamarme de alguna manera: profesora cobarde.
Al otro día Lola expresó al profesor genial su inconformidad con mi anonimato: no le parecía justo, que si en clase ya todos conocían hasta los más recónditos secretos de los demás, gracias a los interesante ejercicios de conversación que inventaba el, yo pudiera conservar un bajo perfil.
No era justo. Así empezó un interrogatorio en el que respondí todo tipo de preguntas a mis quince compañeros y al profesor croata. Gracias a ella, se rompió la capa de nieve que había cubierto mi conexión social con el mundo.
Gracias a ellos me levanté cada mañana con entusiasmo para no perderme ni un minuto de los disparates del profe, ni cualquier mínima ocasión para hacer chistes en un alemán primitivo durante la clase o en mexicano avanzado durante la pausa y volver a reir con las carcajadas que al parecer se me habían olvidado.

La muy ingrata ya se fué a vivir a otra ciudad. Pero además de bautizarme con un sobrenombre evocador de uno de mis libros favoritos: Gertrudis, la hermana emancipada de "Como agua para chocolate", antes de irse me dejó su legado: si bien antes me gustaba el ají -salsa picante- pues en Colombia siempre está sobre la mesa para el que quiera ponerle gracia a la comida (ver receta ají bogotano), con Lola comprendí porqué en algunos lugares no pueden parar de consumir sobredosis de chile con cualquier comida, hasta con los dulces.

Lolita cocinó para mi platos con alma de fuego, que al hacerme mocosear, enrojecer, toser, acelerar el corazón y llorar con sentimiento, me ataron para siempre al hechizo del chile y a su cariño maternal - al de ella, aunque en realidad, tendría que ser al revés: ella tiene apenas 23, yo ya casi 27 ;)

La adicción al chile no conoce límites. Una vez que has caído en ella quieres repetir una y otra vez ese momento dramático de incendio en la boca, que mientras sucede intentas apagar con agua o cualquier líquido, pero una vez superado, buscas atizar otra vez, una y otra vez. Como pasa con sus famosos camarones "a la diabla": Camarones cocidos en una salsa hecha con ajo, ajíes o chiles rojos muy picantes, agua y sal. Según ella, solo está bien hecha si hace llorar hasta al más macho, sino, es que fracasó el cocinero. La de ella cumplió su cometido.
P.d. esa receta se las quedo debiendo.

Ahora no puedo ver una papa, una empanada, una arepa o en su defecto cualquier cosa comestible -menos postres- sin que se me haga agua la boca cuando la imagino bañada en ají "extrapicante", tampoco puedo evitar repetir esa experiencia de reconciliación espiritual con el mundo, con Alemania y el idioma alemán, que un día cualquiera mi querida amiga, personificación del espíritu del chile, hizo posible para mi.

En la cena que preparó para despedirse, además de lágrimas de adiós, rodaron lágrimas de fuego gracias a las dos recetas que les dejo.

¡Ay como extraño tus comidas mija!

Guaraches de pollo - para 3 pares ;)

Huaraches son zapatos o sandalias en Nahualt, la lengua indígena del norte de México. Se supone que la base del platillo, hecha de masa de maíz debe tener forma de suela.

900g    masa ya preparada de maíz blanco precocido
600g   pollo cocido desmenuzado, preferiblemente las patitas
       porque la pechuga queda muy seca. Guardar el caldo en que
       se cocinó para la siguiente receta.
6-7    tomates maduros
2      cebollas blanca
2      dientes de ajo
400g   frijoles rojos ya cocidos, pueden ser de lata
3      aguacates muy maduros
300g   queso gouda rallado
200g   una mezcla de lechuga fresca, pepino, tomate fresco
250g   crema agria
       Sal y pimienta
       Aceite para freir

¡Tantos chiles como sean capaces de soportar! si no los encuentran frescos se encuentra en las tiendas chinas secos.


1. Primero calentamos el aceite en una sartén y ponemos a freír los guaraches. Como dije, deben tener la forma de una suela de zapato, más bien de número grande, para que luego le quepan encima bastantes cosas. Una vez tostados los guaraches, se secan con papel de cocina y se reservan.

2. En una olla se cocinan los tomates y las cebollas. Cuando ya ablandaron, se sazona con poquita sal y se agregan los chiles -van al gusto- se licúa todo hasta que quede una salsa. 

         3. En una sartén se ponen los frijoles ya cocidos, con poquita leche y se dejan cocinar hasta que tomen la leche y vayan ablandando, si hace falta se les pone más leche. Se aplastan un poco para que queden cremosos.
4. En una taza se pican los aguacates en trocitos, en otra se alistan las lechugas, rodajas de pepino y tomates frescos cortados, en otra se pone queso rallado. 
5. Ahora si se arman los guaraches: a cada uno se le da una embarrada de frijoles, luego una capa de pollo, luego una de salsa, luego una de aguacate, de lechuga, de queso, de salsa, de crema agria, luego si se quiere, se le dan más capas, lo que pasa es que en este momento ¡ya tienen una montaña de comida al frente! Por las dudas se le da otra pasadita con la salsa, para que todo tome sabor.

6. Se comen con pasión, se lloran sin pena, por las dudas tengan agua a mano.







Caldo tlalpeño - para 6 tazas con derecho a repetición ;)

1lt    de caldo de pollo
4      tomates
2      cebollas 
600g   pollo, mitad pechuga, mitad patitas
4      zanahorias cortadas en rodajas
300g   queso
3      aguacates maduros
1lata  chiles chipotles, se pueden comprar por internet.
muchos totopos
       sal y pimienta


1. Es muy fácil, en el caldo de pollo se licúan los tomates, las cebollas y se condimenta al gusto con sal y pimienta. Se ponen allí a cocinar las presas de pollo con todo y su pellejo.

2. Cuando el pollo está ya listo, se saca y se desmenuza. A la sopa se le agregan las zanahorias cortadas en rodajitas y se cocina unos minutitos más.

3. Se sirve y en cada taza se le agrega queso, aguacate en cubitos, totopos y la cantidad que cada uno pueda resistir de chile chipotle. La gracias de la receta está justamente en el chile chipotle, sin éste ingrediente no hay caldo tlalpeño que valga!

4. Se repite porque es imposible no hacerlo ;)





Ludovico, Lola, Domingo Antonio ¡repitiendo su caldo tlalpeño!











7 comentarios:

  1. Que delicias, nada mas de ver las fotos y ya se me hizo agua, pero agua pura la boca, me animo a hacerlas las dos, y es que mi esposo es un fanatico de la comida picante, entre mas rojo se pone, debido al fuego de los ajies, mas deliciosa es la comida. Y es que la comida mexicana es una delicia, eso si como tu dices a preparar el agua, jugo o cualquier cosa que permita bajar el incendio que empieza en la boca cuando uno lo saborea.

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  2. ahh y otra cosa agrego contigo, la pechuga queda super seca, no me gusta,,mejor me demoro el tiempo necesario es 'desmenuzar" los muslos y contramuslos por que me gusta el pollo asi suave y hasta me parece que el sabor es mejor, ya te pasare una receta de aguacates rellenos de ensalada de pollo, muy rica tambien. Saludos

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  3. Siii Elis!!! la comida mexicana es una explosión de fuego y colores! uno de mis sueños más guajiros es hacer un curso -alla por supuesto- de cocina.
    El picante es un vicio, ya no lo puedo evitar! Así como a algunos les dan ataques de hipo, a mi me da por llorar y con sentimiento compadre! ;)

    El consejo de que es mejor usar patitas y muslos es de mi querida amiga mexicana, la autora intelectual y material de las recetas, y si tu lo corroboras, pues ya no cabe ninguna duda!!
    Espero con ansias tu recetas de los aguacates rellenos!
    Saludos

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  4. es lo mas bonito que he visto sobre mi misma!!!! jejejeje gracias gertrudis!
    yo tambien te extrano mucho, y tambien tu comida!
    atte: lolita:)

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  5. ay mija!! y podría seguir escribiendo más cosas bonitas tuyas! Con todo cariño mija ;)
    A ver cuando nos vemos y les preparo un hit colombiano: las arepehuevo, ya soy una experta!
    ;)

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  6. Bueno hoy fue el dia de probar los guaraches, mi familia quedo mas que fascinada, la verdad que son extremadamente deliciosos, los hice en dos versiones, la picante para mi esposo y para mi y una suave para mi hija, pero todos quedaron contentos y sin haber terminado ya preguntaban y para cuando los haces otra vez?. Asi que guaraches = Hit seguro

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  7. Que alegría Elis!! que bueno saber que la receta fue aprobada por tu familia...me antojé de guaraches!!

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